La función del pastor es el de cuidar a sus ovejas. Si una oveja se pierde el pastor tiene que ir a buscarla. El salmista David fue pastor y conocía perfectamente su trabajo. Cuando un animal salvaje quería atrapar a alguna de las ovejas que estaban a su cargo, él tomaba su onda y en seguida mataba o alejaba al animal salvaje. David fue un buen pastor de ovejas. Por eso Dios lo puso como rey sobre su pueblo. Lamentablemente en este siglo hay muchos pastores que no saben o no quieren saber cuál es el verdadero trabajo de un pastor. El pastor no es servido por las ovejas, el pastor sirve a las ovejas. Muchos pastores han “entendido” mal este concepto y en vez de servir a su rebaño se sirven de su rebaño. Muchos pastores viven de la gente, manipulan y emplean a su antojo a los miembros de su congregación.
Los pastores utilitaristas son falsos pastores. Lo único que quieren es enriquecerse y engrandecer su ministerio. No les importa si Dios quiere levantar a algún ministerio. Si Dios quiere levantar a algún hermano ellos lo aplastan. La realidad es que un verdadero pastor es aquel que es superado por sus discípulos. Un verdadero pastor es mentor de la gente y procura enriquecer el reino de Dios en la tierra. Un verdadero pastor no se cree el rey del mundo porque tiene una congregación de 200 almas. Un verdadero pastor ama las almas y quiere evangelizar. En la iglesia de los falsos pastores tienen “valor” únicamente aquellos creyentes que tienen plata, pero los que no tiene plata no valen nada. Si tenés vales, pero si no tenés sos desechable. Vuelvo a repetirlo: los verdaderos pastores no se sirven de la iglesia, los verdaderos pastores sirven a la iglesia y a su comunidad.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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