lunes, 6 de abril de 2009

Pensamientos de bendición


Dios le atribuye a los pensamientos un poder monumental. Los pensamientos son el vehículo tanto de las bendiciones como de las maldiciones. Si pensamos en lo bueno vamos a hacer realidad lo bueno, pero si pensamos el mal cosecharemos múltiples desgracias. Lo semejante atrae lo semejante. Los pensamientos ejercen poder sobre nuestras vidas. Los pensamientos que gobiernan nuestras mentes en el presente condicionan y determinan nuestro futuro. El pensamiento es la antesala de la acción. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad”, dijo el apóstol Pablo.

Nuestros pensamientos nos condicionan. Somos lo que pensamos. Por eso debemos tener pensamientos de bendición. Hay que sacarle las máximas bendiciones a todas las circunstancias que se nos presenten. Incluso hay que aprender de aquellas situaciones desagradables. Todas las experiencias siempre nos dejan un aprendizaje. De la misma manera que disfrutamos del éxito cuando lo alcanzamos debemos disfrutar del fracaso porque después de la tormenta siempre sale el sol. Cada vez que las cosas no salgan como las planeamos, casi siempre es necesario que las cosas se compliquen para que consigamos lo que deseamos, aunque de entrada parezca que lo malo no tiene sentido para nosotros. Al cristiano todo le ayuda para bien. Entonces siempre debemos pensar en bendición.

Si queremos crecer, madurar y fructificar, creo que es necesario que comiences a pensar en bendición. Somos humanos y es norman que nos encontremos en la vida con cosas que nos duelan, pero siempre podemos pensar que aprender de cada circunstancia es posible. A veces los acontecimientos negativos son la semilla de algo bueno que está por llegar y así es como hay que verlos. Pensemos en bendición. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad”, vuelve a decir Pablo.

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar