jueves, 18 de septiembre de 2008

La prosperidad de ser uno mismo

Para prosperar debemos entender que en el mundo hay suficiente para todos. Si pensamos que el éxito es para unos pocos, vamos a ir tras el egoísmo y la mezquindad. La comparación y la envidia conducen a la violencia, más cuando una persona deja de compararse y es auténtica, entonces comienza a expresar su libertad. Porque una persona libre es una persona sin prejuicios ni comparaciones. La prosperidad depende esencialmente de nosotros mismos. Cuando hablo de prosperar no me refiero únicamente a lo económico, más bien me refiero a todas las áreas de nuestras vidas. De hecho, conozco gente que tiene dinero y que por dentro esta vacía y viven una vida sin propósito.


Ser una persona prospera es disfrutar de la vida y aceptarse como uno es. Leí la historia de un hombre que se quejaba de tener que llevar una cruz pesada todo el día, la cual le resultaba muy pesada. Harto de su cruz, decidió increpar a Dios y exigirle que le cambie la cruz. Dios, como bueno Padre que es, llevó a este hombre a un inmenso galpón y le mostró muchísimas cruces y le dijo que eligiera una nueva. El hombre sonrió y luego de hurgar entre las cruces, se decidió por una. Entonces le dijo a Dios: “Señor, esta me gusta”. “Bueno, Hijo mío”, dijo Dios, “Ve en paz”. Aunque este hombre se fue contento pensando que le había ganado una partida a Dios, inconcientemente se llevo una cruz igual a la que había traído a los pies de Dios.

La verdadera prosperidad es aceptar nuestra cruz. Incluso tener dinero puede resultar ser una desagradable cruz. Conozco gente que tiene dinero que esta dispuesta a darlo todo con tal de ser feliz. La felicidad no consiste en tener sino en ser persona. En su ensayo En busca de uno mismo, Jaime Barylko dice que ser uno mismo es una aventura que exige soñar los propios sueños y andar el propio camino. La verdadera prosperidad consiste en ser uno mismo. No consiste en tener dinero sino en ser feliz con la propia realidad. Si entendemos este concepto de prosperidad, aún cuando lo perdamos todo y terminemos viviendo en una choza, podremos empezar de nuevo porque de hecho nos tenemos a nosotros mismos. La prosperidad se encuentra dentro de uno mismo.

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar

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