lunes, 19 de mayo de 2008

Mis suegros me vuelven loco


Creo que el amor correspondido es una de las experiencias más hermosas que puede tener un ser humano. Uno anda por la vida solo y de pronto conoce a alguien y el amor lo encuentra a uno. Todo va bien. Abundan los besos, las caricias, el cariño, pero la cuestión es que el novio/a todavía no conoció a sus suegros. Entonces surge la gran pregunta: ¿Por qué los suegros se meten tanto en la vida de sus hijos? Muchos suegros, y sobre todo aquellos que tienen hijas mujeres, piensan que sus hijas no tienen derecho a hacer su vida. Muchos padres se apoderan de la vida de sus hijos y las parejas recién formadas son receptoras de comentarios donde los suegros se entrometen en la vida de la nuera o el yerno, indicándole erróneamente como este/a debe tratar a la hija/o. Otras veces la culpa de la intromisión paterna la tienen los hijos porque están apegados a sus padres y son incapaces de desapegarse de ellos sin posibilidades de cortar el cordón umbilical. A este respecto el poeta libanés Khalil Gibran en su libro El profeta, a través de su personaje Almustafá, dice a los padres: “Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas de la vida, deseosa de perpetuarse. Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros. Y aunque están a vuestro lado no os pertenecen. Podéis darle vuestro amor, pero no vuestros pensamientos. Podéis cobijar sus cuerpos, pero no sus almas”.

Los padres tienen que entender que los hijos pertenecen a la vida. Los padres fueron hijos y por lo tanto, deben entender que sus hijos algún día se convertirán en padres también. Por supuesto que si un padre ve que su hijo/a esta saliendo con un vago, un loco o alguien que anda por un camino torcido, ahí si que tiene que intervenir. Por el contrario, si el hijo/a elige a un chico/a que es buena persona y que a los padres no le caen bien no tienen porque meterse en la vida del hijo/a. El hijo elige a determinada persona y si salen bien o mal las cosas tendrá que atenerse a las consecuencias de su decisión. El respeto y la libertad ante todo.

La intromisión paterna en la relación de pareja o en el matrimonio de los hijos puede terminar en la ruptura del vínculo. Los padres deben entender que cuando un hijo/a decide casarse ellos pasarán inevitablemente a un segundo y tercer plano. A continuación voy a exponer unos consejos elaborados por el Licenciado Juan Antonio Barrera Méndez, quien nos transmite las siguientes sugerencias para el cambio:

“Es imposible hacer un recuento de todas las formas en como se vive la relación con los suegros, pues cada combinación es única. Sin embargo, vale la pena tener en consideración:
- Hacerse responsable de si mismo y respetar el papel de autoridad de los hijos, en el ciclo de su desarrollo como nuevos padres
- Seguir creciendo como persona, termina solo con la muerte, por lo tanto vivir la propia vida y no la que a mi me habría gustado a través de mis hijos, es un excelente camino de salud física y psicológica.
- Ser un buen suegro no es sinónimo de resolver la vida de los hijos o de los nietos.
- En la resolución de los conflictos de las nuevas parejas, los suegros mientras más lejos, mejor.
- Es importante, reflexionar que si los suegros no fueron capaces de enseñar a sus hijos a valerse por sí mismos y resolver sus propios conflictos, un gran acto de amor es hacerlo "ahora", dejándoles en la libertad de cometer sus propios errores. Nadie puede aprender de las caídas sino es capaz de levantarse por si mismo.
- Poner distancia con la familia de origen y arreglar los propios problemas en la pareja, resulta ser siempre más sano a pesar de los tropezones.
-Una función social, muy importante es que parte de la agresividad dirigida a la pareja es desviada hacia la imagen de los suegros, de ahí el éxito de los chistes, mientras más mordaces más liberadores de la violencia contenida contra la pareja.
- No es falta de lealtad con la familia de origen, pero la pareja cuando establece un compromiso debe su crecimiento mutuo a la convivencia con su compañero(a)”.(
http://www.sappiens.com).

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com

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