sábado, 29 de diciembre de 2007

Quiero se como un ganso

Seguramente has visto alguna vez gansos en el cielo que vuelan en forma de V. Los que estudian a estos pájaros comprobaron que estas aves vuelan de esta forma, ya que al batir sus alas, producen un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en forma de V la bandada completa aumenta su poder en un 71 %. Si cada pájaro volara solo sería otra cosa, pero juntos son poderosos. Lo que nos enseñan estos pájaros es que cuando compartimos la vida con los demás y vamos hacia una misma dirección, entonces somos más fuertes.
Eclesiastés 4: 9-12 dice: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero!!Ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Hoy en día la gente esta cansada, oprimida, solitaria porque cada cual busca lo suyo y a nadie le importa el prójimo. Entonces, cuando alguien cae en el hoy, no hay nadie que lo levante. Apoyándonos en alguien podemos llegar más lejos. Siempre llega el momento en la vida en que caemos y si estamos solos, seguramente nos quedaremos postrados en el piso o nos tendremos que levantar nos solos. Porque el que esta solo no tiene quien lo levante.
Sigamos reflexiones sobre la vida de los gansos. Si nos ponemos a meditar podemos advertir que si uno pájaro se sale de su formación, inmediatamente notara la resistencia del aire, allí percibirá el poder del viento y tendrá que lidiar con la dificultad de volar solo y si es inteligente, indefectiblemente volverá a su formación, volverá a su sitio, porque habrá entendido el poder de volar con la ayuda de su compañero de al lado. Recordemos que volar juntos nos proporciona un incremento de poder en un 71%. Si somos inteligentes seguramente nos mantendremos unidos a aquellas personas que van en la misma dirección que nosotros y entonces volaremos más confiados y seguros.
Los que estudian estas aves también comprobaron que cuando el líder de la formación se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso, menos cansado, se pasa a su lugar, de modo que todos juntos, mucho más poderosos que si volaran solos, siguen avanzando hacia su destino. Los gansos que van detrás siempre deben estar con los ojos bien abiertos. Entonces, cuando se cansa uno de sus compañeros, en seguida deben tomar el lugar del prójimo. De este modo son todos beneficiados. Todos son bendecidos. Todos pueden llegar hacia sus objetivos. Lo cierto es que mejor es estar acompañado que estar solo. Dos cabezas piensan mejor que una sola. De la misma manera que un ganso grazna y alienta al otro, de la misma manera una persona alienta a la otra y todos se sienten más fortalecidos en un 71 %. Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo acompañan para auxiliarlo y resguardarlo. Lo acompañan hasta que está nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, y sólo entonces los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos uno al lado del otro apoyándonos y acompañándonos. Seamos como los gansos. Aumentemos nuestro poder.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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