domingo, 8 de julio de 2007


Un mensaje que transforma

El mundo necesita a Cristo. Necesita al redentor. Necesita al Espíritu Santo. El apóstol Pablo lo dijo bien claro cuando escribió: “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”. (Romanos 8:9). Cuando que el mundo entero necesita a Cristo no me refiero a pertenecer a una iglesia o haber sido bautizado de niño. A lo que me refiero es a haber experimentado a Cristo. El hecho de cumplir rituales en una iglesia y participar en ritos o ceremonias no significa nada delante de Dios. Dios desea que aceptemos a Cristo en nuestro corazón. Tener una experiencia personal con Cristo es la base del cristianismo.


Relacionarnos personalmente con Cristo cambia completamente nuestras vidas. El evangelio de Cristo tiene poder y puede cambia a una persona individualmente como también puede cambiar a sociedades, barrios, países, culturas. Pablo afirmó: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”. (Romanos 1:16).
Este siglo XXI es una época de mucha información. Hay miles y miles de personajes que hablan de Cristo, pero en realidad hablan de Cristo porque lo conocen a través de libros. Y en realidad no lo conocen porque no tuvieron un encuentro con él. Lamentablemente muchos han difundido un seudocristianismo impotente para solucionar los problemas sociales. El apóstol Pablo expresó proféticamente: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”.
Lo que dijo el apóstol que muchos hablan de Cristo y tienen apariencia de religiosos, teorizan y teorizan sobre Cristo, pero aún no le conocen en sus corazones y sus vidas no han sido transformadas. De todas formas, los principios de Cristo permanecen inmutables, asertivos, y no útiles para los hombres que desean conocerle de corazón. Los que se identifican con la palabra de Dios y la creen de todo corazón, dicen con el apóstol Pablo: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. (Hebreos 4:12).
El evangelio no solo penetra en el intelecto de las personas sino que penetra en lo profundo del corazón humano, dando vida donde antes había muerte, dando gozo donde antes había tristeza. El evangelio de Cristo es poder de Dios para todo aquel que en el cree.
Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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