jueves, 21 de junio de 2007

El éxito según Dios.


Los cristianos muchas veces nos quejamos porque andamos mal y no alcanzamos el éxito espiritual. Ante todo hay que aclarar que el éxito según el mundo, no es lo mismo que es éxito según Dios. El éxito según el mundo se basa en el exterior, en la posición económica, en lo que tenemos y no en lo que somos. Ahora, el éxito según Dios se da únicamente cuando hacemos la voluntad de Dios y nos dejamos guiar por el Espíritu Santo.
Antes de que Jesús fuera crucificado les dijo a sus discípulos que iba a Jerusalén porque allí iba a ser traicionado y entregado en manos de quienes lo matarían. Al escuchar esto que dijo Jesús, el apóstol Pedro le dijo al maestro: “Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca”. Pero Jesús le dijo a Pedro: “¡Quítate de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en la de los hombres”. (Mateo 16:22,23). El verdadero éxito del cristiano consiste en enfocar sus ojos en las cosas de Dios. El diablo desea que tengamos éxito según el mundo, pero no quiere que tengamos éxito según Dios. Primera de Pedro 5:8 nos advierte: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe”.
El diablo induce al individualismo, el narcisismo, el egoísmo, hace que las personas se preocupen únicamente por ellas mismas, dejando de lado a los demás. Pero el segundo mandamiento más importante del Señor dice que debemos amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos. Los cristianos debemos procurar andar en el Espíritu ya que esto nos conduce a hacer la voluntad de Dios. Gálatas 5:16,21dice: “Digo, pues: Andad en el espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de los cielos”. Si andamos en el Espíritu haremos que los frutos de la carne desaparezcan de nuestras vidas y tendremos éxito espiritual. El diablo quiere destruirnos. Por esto nos conduce a que andemos en la carne y hagamos lo que nos viene en gana, dejando de lado la voluntad de Dios, que es lo que verdaderamente nos conduce a la felicidad y el gozo. El suicidio, la depresión, la angustia, la baja autoestima, los problemas mentales y familiares, son algunas de las cosas que acarrea andar en la carne. Entonces, andar en el Espíritu y procurar el éxito según Dios, debe ser nuestra prioridad como cristianos. Leyendo la palabra del Señor, orando, y rindiéndonos al Espíritu Santo, en el nombre de Jesús le resta todo el poder al diablo. Romanos 6:23 dice: “La paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús”. Jesús murió en la cruz para hacernos acreedores de la salvación. Claro que él jamás nos obligará que seguirle o hacer su voluntad, sino que respetará las decisiones que tomemos. Jesús dijo: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. (Apocalipsis 3:20).

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

No hay comentarios.: