lunes, 21 de mayo de 2007

No te des por vencido.


Queramos o no estamos inmiscuidos en una guerra. Nuestra guerra no es contra seres humanos sino contra el diablo y sus secuaces. El escritor cristiano Ken Abraham escribió: “Ser cristiano significa estar envuelto en una guerra espiritual entre el pueblo de Dios y las fuerzas de Satanás”. El que es cristiano, si quiere agradar a Dios, debe resistir al diablo todos los días y debe, al mismo tiempo, entregarle cada una de las áreas de su vida a Dios ya que esta es la única manera de ganarle la guerra al diablo, el enemigo de nuestras almas. El diablo se opone a todo lo que sea de Dios. Es por esto que desea destruirnos, hacernos caer, inducirnos a que nos alejemos de nuestro Señor. Jesús dijo que el diablo es un mentiroso, un asesino y un ladrón. (Juan 8:44; 10:10).
El diablo engañó a nuestros padres Adán y Eva y los indujo a que comieran del árbol que Dios ordenó que no debían comer. De la misma forma, el diablo quiere hacernos comer de frutos prohibidos que nos alejan de la bendición de Dios y nos conducen a la desgracia y la infelicidad. Y lo aceptemos un no tenemos que lidiar con las artimañas de este enemigo de nuestras almas. ¿Y cómo lo hacemos? ¿Cómo vencemos al diablo? ¿De que forma nos rendimos a Dios? Cristo ya venció al diablo en la cruz y lo venció una vez y para siempre. Así pues, esta en cada uno de nosotros esta la posibilidad de hacer nuestra esta victoria. Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Si hemos aceptado a Cristo ya no pertenecemos más al diablo como el resto del mundo sino que somos amigos de Dios y él cuida de nosotros. Cristo nos dio potestad sobre nuestro enemigo. ¿Qué significa la palabra potestad? Significa derecho y/o legalidad y quiere decir que Cristo nos hizo legalmente victoriosos a través de su sangre derramada en la cruz. Y si permanecemos adheridos al Señor llevaremos frutos de victoria. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer”. (Juan 15:5).
Y más adelante en el mismo capítulo dice: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”. (Juan 15:14). Si nos rendimos al Señor y hacemos su voluntad, él y solamente él, nos hará ir de victoria en victoria, de gloria en gloria. Nuestra fuente de Victoria es Cristo. Si nos acercamos a Dios el diablo huye de nosotros. Si nos acercamos al mundo Dios se aleja de nosotros. El que no tiene tiempo para Dios tiene tiempo para ser infeliz, pero el que tiene tiempo para Dios tiene tiempo para ser feliz e ir de gloria en gloria en Cristo. El Dr. Billy Graham dijo: “Una de las artimañas de Satanás es desviar nuestra mente de la ayuda que Dios nos ofrece en nuestras luchas contra las fuerzas del mal”. El diablo esta vencido y Cristo es el vencedor. Mientras que el diablo siembra la muerte, Cristo da vida y vida en abundancia. En su sangre hay perdón de pecados. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel, y justo para limpiarnos de nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan1:19). Si le pedimos perdón al Señor él nos perdona porque nos ve a través de Cristo. Jeremías 33:3 afirma: “Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré grandes cosas ocultas que tu no conoces”. Si clamamos al Señor en el nombre de Jesús y le entregamos todas las áreas de nuestras vidas, el Señor cambiara nuestras vidas radicalmente. En Cristo somos más que vencedores. William Cowper dijo: “Satanás tiembla cuando ve al más débil de los santos de rodillas”.

Julio césar cháves
juliogenial@hotmail.com

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