miércoles, 14 de marzo de 2007

¿Hoteles modernos?

Ya estamos viviendo en el tercer milenio y en este siglo XXI, la ciencia y la tecnología han avanzado muchísimo. Hasta podemos decir que han surgido hoteles sin procedentes. ¿De qué hoteles estoy hablando? De las casas de familia. La generación del tercer milenio no ha aprendido a amar ni le interesa amar. Todas las familias utilizan su casa como una especie de hotel moderno. Todos entran y salen de sus casas cuando les viene en gana. Los jóvenes cuando necesitan algo de sus padres van a sus casa, pero mientras no necesiten nada concurren a su hogar paterno muy poco, a veces casi nada, apenas si van a dormir. Las casas familiares en la actualidad son el lugar donde los miembros de la familia van a comer cuando sus estómagos les ordenan. Las casas familiares son el lugar donde los individuos concurren con el fin de comer cualquier cosa y a cualquier hora, con el fin de bañarse, cambiarse de ropa, luego dormir, y después de nuevo a la calle. Los padres nunca están en sus casas ya que trabajan durante horas para poder satisfacer las necesidades de su familia. Los hijos tampoco están en sus casas debido a que estudian, trabajan, o tienen el trabajo de ir a vaguear, callejear.
Hoteles modernos. Hoteles hogares. Cuando en el hogar hay amor los hijos están contentos y ni siquiera se acuerdan de la calle, de la vagancia, de la estupidez. Cuando los hijos ven que sus padres se aman los hijos quien estar en sus casas paternas. Por el contrario, cuando un hijo prefiere la calle en vez que su hogar es por algo quizás no muy positivo. Bueno, eso cada cual lo sabe. Gracias a Dios y al amor que mis padres se tienen recíprocamente puedo decir que mi casa no es un hotel moderno, es simplemente un hogar, un lugar donde convivo con mis seres queridos. En mi casa me siento amado, comprendido, respetado; por eso soy feliz, por eso me agrada vivir en mi casa. El Dr. Rubén Juan Spataro en su libro “Charlando sobre sexo”, dijo: “Los niños que no fueron amados durante su infancia, difícilmente podrán amar plenamente en la edad adulta”. Y E. Ochoa dijo: “Es el hogar bien constituido la escuela más sana que ha de caratular su actuación del futuro”. Gracias viejos por haberme criado en una atmósfera de comprensión, empatía, contención y amor por sobre todas las cosas. Ahora, siendo adulto, puedo comprender cabalmente porque nadie huye de un hogar feliz. Porque soy feliz a pesar de las tormentas exteriores y las tormentas interiores. Así es la vida, sin amor nada somos. Gracias viejos por ser concientes de que la familia es la primera educadora.
El Dr. Billy Graham en su libro “Día tras día con Billy Graham”, escribió al referirse a la familia: “Aparte de la influencia religiosa, la familia es la unidad más importante de la sociedad. Seria bueno que todos los hogares fuesen cristianos, pero sabemos que no lo son. Jamás podrán la familia y el hogar ejercer la influencia debida, mientras ignoren las normas establecidas por la Biblia. La Biblia exige disciplina, y el reconocimiento de la autoridad. Si los niños no aprenden estas cosas en el hogar, ingresarán a la sociedad sin tener un concepto correcto acerca de la autoridad y la ley. Siempre aparece algún niño excepcional, pero por lo general un niño es un gran parte resultado de lo que ha hecho con él su hogar. El único modo de darle a tus hijos un hogar correcto es encomendarlos al Señor instruyéndolos en los caminos divinos. Tú eres responsable delante de Dios del hogar que das a tus hijos”. ¡La influencia de un buen hogar es irremplazable!

Julio C. Cháves.

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