domingo, 27 de octubre de 2013

El buen funcionamiento de la familia

    La familia es la institución más importante de la humanidad. Dios creó la familia. A través de la historia de la humanidad advertimos que el mal funcionamiento de la familia ha devenido en el mal funcionamiento de la sociedad. Es el hogar donde los niños son educados y aprenden los valores cristianos. La familia feliz es un lugar de paz y seguridad. La familia ideal de la cual hablo esta compuesta por los padres y los hijos. Ahora, lamentablemente tengo que decir que la familia esta en crisis. Debido al deterioro moral, la permisividad y el relativismo de nuestros días, la familia yace en peligro. Tristemente el concepto tradicional de familia se esta abandonando y las parejas ya no se casan y los que se casan se divorcian más a menudo.


   Otras parejas prefieren vivir juntas sin comprometerse en matrimonio. Indudablemente la familia esta en crisis. Y creo que la raíz de esta crisis la describe perfectamente el apóstol Pablo en segunda de Timoteo 3:1-4: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”. Creo que en estos versículos el apóstol describe perfectamente la condición de los hombres y mujeres de nuestros días. Los hogares fundados en las bajas pasiones o en cualquier otra cosa que no sea amor están destinados a la derrota y la desintegración. El verdadero amor tolera los defectos de personalidad, las imperfecciones físicas y los problemas psicológicos. Únicamente el verdadero amor puede fomentar la comprensión y el entendimiento mutuo en el hogar.
   Leí en un libro que la mayoría de las madres de los personajes célebres y dirigentes capaces de la historia eran temerosas de Dios. La madre de George Washington, por ejemplo, era temerosa de Dios. Por otro lado, la madre del famoso escritor Walter Scout era afecta a la poesía y la música. En contraste al ejemplo de las madres piadosas, se encuentra el ejemplo de madres orgullosas y violentas. Los libros de historia aseguran que la madre del disoluto Lord Byron fue una mujer egocéntrica y violenta. La madre de Nerón fue una asesina. Los hijos son influenciados por sus padres y de ahí derivan hacia el bien o el mal.
   Winston Churchill decía: “La responsabilidad es la madre de la grandeza”. Es la responsabilidad de los padres inculcarles los valores cristianos a sus hijos. La Biblia nos induce a ser llenos del Espíritu Santo para poder expresar al mundo cualidades como amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe. Además se nos dice que nos renovemos en el espíritu de nuestra mente, y nos vistamos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4:23,24). Si Cristo es el centro de nuestro hogar nuestros hijos crecerán con temor a Dios y aún cuando se conviertan en adultos serán cristianos comprometidos con el reino de Dios. Los padres deben recordar que la disciplina sin amor es maltrato. El amor debe expresarse a través de abrazos, caricias y buenos consejos. Y sobre todas las cosas, los padres deben oran por sus hijos. La oración atrae la respuesta de Dios. La oración trae bendición al hogar. Efesios 6:4 dice: “Y vosotros padres no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Recordemos que la familia es una institución sagrada y que el matrimonio perfecto consiste en la unión de tres personas: un hombre, una mujer y por supuesto Dios. Cuando Dios forma parte del matrimonio la familia entera será bendecida. “Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”. (Romanos 14:19). Julio césar cháves escritor78yahoo.com.ar

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