miércoles, 11 de mayo de 2011

Miguel Ángel: un hombre que se superó a sí mismo

Miguel Ángel nació en 1496 y murió en 1501. Fue escultor, escritor, pintor, arquitecto y vivió hasta los 89 años. Y en esa edad, siguió escribiendo, pintando y esculpiendo. En aquella época la gente vivía apenas 60 años. Pero Miguel Ángel estuvo por encima de la esperanza de vida de sus contemporáneos. Lo que pasa es que el gran artista vivía en constante actividad y siempre se fijaba nuevos objetivos. Nada ni nadie lo amedrentaban. Trabajaba todos los días. Seguramente muchas personas no creían en él ni le daban importancia a su obra pero pese a todo, él jamás presto atención a las voces negativas sino que avanzó y enarbolo su indeleble obra artística. Era un genio.

Fue perseguido por individuos que lo envidiaban la mayor parte de los días de su vida. Fue víctima de calumnias, malas opiniones, crueles críticas, pero hizo caso omiso de marco de maldad que lo rodeaba y siguió hacia delante. En una ocasión le preguntaron como hacia sus esculturas y simplemente respondió: “Le quito lo que sobra”. Fue envidiado por nobles, clérigos y gente sórdida de toda laya que no simpatizaban con él ni comprendían su genialidad. Cuando pablo IV condenó parcialmente su obra El juicio final, el artista observó que el papa haría mejor si se ocupara de corregir los desordenes y las indecencias que afligen al mundo en vez de dedicarse a criticar un arte fuera de lugar.
Miguel Ángel es uno de los artistas más importantes de todos los tiempos. Cuando uno mira sus esculturas queda paralizado ya que el tamaño, majestuosidad y perfección de sus obras escultóricas es memorable e incólume. El espíritu que parece salir de las esculturas nos dice claramente que el maestro aspiro a llegar muy lejos. Y recordando altas aspiraciones tengamos en cuenta la Capilla Sextina. Este gran artista tardó 4 años en pintar la bóveda, tendido hacia arriba sobre un andamio, entre los años 1508 y 1512. Fue un proyecto que muchos artistas de su época consideraban imposible de realizar. Sin embargo, Miguel Ángel lo logró. Sus obras pictóricas, literarias y escultóricas, son un paradigma de objetivos bien definidos. Hizo cosas imposibles. Materializo sus pensamientos y sus emociones. En aquella época muchos seguramente señalaron sus limitaciones y defectos, pero él confió y consolido sus dones y talentos, llevando a cabo una obra monumental. El sabía que su vida era una manifestación de Dios. Sus esculturas muestran su dominio del desnudo masculino y su particular visión del mundo divino. Cuentan los historiadores que este gran renacentista fue capaz de visualizar en su mente al David en su totalidad, antes de utilizar su cincel por primera vez en aquél gigantesco bloque de mármol que se encontraba frente y lo hizo realidad. Hoy la estatua del gran rey de David fue vista por miles de personas de todo el mundo. La biografía de Miguel Ángel es un paradigma de superación. Cuando algo se haga imposible de realizar, lo único que debemos hacer para motivarnos en pensar en el arrugado Miguel Ángel que a sus 89 años seguía trabajando y haciendo cosas increíbles. Recordemos lo que dijo Albert Einstein: “Los grandes espíritus siempre han encontrado oposición en las mentes mediocres”. Y Theodore Roosevelt también dice: “Haz lo que puedas, con lo que tengas, estés donde estés”.

www.juliochaves.blogspot.com

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