miércoles, 11 de mayo de 2011

Escala tu Monte Everest

La búsqueda de la felicidad y del éxito es una cuestión de actitud. Aunque la mayoría de las circunstancias rara vez generan gozo y sonrisas, conquistar la felicidad es posible. La felicidad es tener una actitud positiva ante la vida, es elegir ponerle al mal tiempo buena cara. El gozo no es algo que llama a nuestra puerta, el gozo es algo que sentimos porque hemos entendido que Dios nos creó para que disfrutemos de la vida.

En su ensayo Los tiempos difíciles no permanecen pero sí las personas fuertes, el Dr. Robert Schuller cuenta la historia de Sir Edmund Hillary, quien fue la primera persona, junto con el tibetano Tensing Norgay, en llegar a la cima del Monte Everest. (Recordemos que el monte Everest es la montaña más alta sobre el nivel del mar, con 8.848 metros de altura. Está localizada en el Himalaya, en el continente asiático, y marca la frontera entre Nepal y China. La montaña fue nombrada Everest en honor de Sir George Everest, geógrafo británico, en 1865.) Antes de llegar a la cima del pico más alto del mundo, Hillary había formado parte en otra expedición, en la cual el equipo no solamente había fracasado en lograr llegar a la cima sino que también había perdido a uno de sus miembros. En una recepción para los miembros de la expedición en Londres, Hillary se puso de pie para hablarle a la audiencia. Detrás de la plataforma había una fotografía grande del Everest y Hillary giró su rostro hacia la imagen de la montaña y exclamó: “Monte Everest, tú nos has vencido; pero volveré y te venceré, porque tú no puedes hacerte más grande, pero yo sí”.
Si existe una característica que comparten absolutamente todos los han escalado su Monte Everest es que en algún momento de su vida decidieron moverse en pos de sus sueños. Se comprometieron en un camino de iniciativa y no se rindieron a mitad de camino. Decidieron recorrer el que en ocasiones no es el camino más cómodo, pero si el camino que garantiza llegar a la cima. Con frecuencia creemos erróneamente que las personas que llegan a la cima son conquistadas debido a algún don especial o a una varita mágica que los toco. Sin embargo, si hiciésemos un examen más detallado descubriríamos que el don principal que tienen quienes logran escalar su Monte Everest es su aptitud positiva frente a la vida.
Posiblemente hemos perdido muchas cosas cuando íbamos de camino a la cima y nos hemos deprimido porque otros ya han llegado y nosotros todavía no, pero esto no debe impedir que bajemos los brazos ni nos auto boicoteemos. Jamás tenemos que rendirnos. No dejemos que otras personas o cosas nos distraigan. Mantengámonos enfocados como un láser en nuestros objetivos. El Monte Everest puede ser conquistado, todas las circunstancias de la vida pueden ser conquistadas y mejoradas. El gozo y la felicidad llegan a quienes determinan buscarlo a pesar de los malos momentos en que se encuentren. Nuestras mentes son como una cuenta bancaria que esperan nuestros depósitos. Si depositamos pensamientos negativos obtendremos infelicidad y fracaso, pero si depositamos pensamientos de fe, extraeremos éxito y prosperidad, gozo y felicidad. Las circunstancias pueden ser difíciles como escalar el Monte Everest pero las circunstancias no pueden crecer y nosotros si podemos crecer hasta hacernos más grandes. Para el cree nada es imposible.
El secreto del éxito radica en nuestra actitud mental; en las cosas en que fijamos nuestra atención. El éxito no llega por casualidad ni es un accidente, y no aparece por arte de magia. El éxito implica mucho trabajo, esfuerzo. La vida es demasiado importante como para quedarnos a esperar sentados a que un accidente nos ponga al éxito delante de nuestros ojos. Es muy poco probable que ello suceda.
Al éxito hay que buscarlo con actitud positiva. La actitud no es más que la manera en que enfrentamos los acontecimientos de nuestra vida. Es el prisma a través del cual filtramos la realidad. Comencemos a forjar una actitud de ganadores. La tragedia puede irrumpir en nuestra vida, pero si nos hace caer, podemos levantarnos y seguir hacia nuestro destino. Podemos estar atravesando el desierto a punto de morir de sed, pero siempre hay posibilidad de encontrar un refrescante oasis. El éxito es un estado interior. Usted, estimado lector, ¿Qué hará con lo que le queda de vida?, ¿Qué decisión tomará desde ahora en adelante?, ¿Qué rumbo dará a su vida? Usted, estimado lector, se merece lo mejor, es digno, se merece ser feliz, por eso lo invito a caminar hacia el éxito. De ahora en más, todo depende de usted. Depende de usted manejar exitosamente las circunstancias. El éxito es como una maratón, no una simple caminata. Nunca se dé por vencido. Usted tiene un Monte Everest que conquistar. No se quede a mitad de camino. Usted puede llegar a la cima. La acción es lo que determina la calidad y la cantidad de resultados en la vida de cualquier persona. ¡Así que póngase en acción! ¡Para el que cree todo es posible!





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julio césar cháves

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