No guardemos lo malo dentro de nuestro corazón porque tarde o temprano todo sale a la luz. El hecho de confesarle a Dios audiblemente nuestros pecados hace que Dios libere nuestro corazón. La Biblia dice que el que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa alcanza la bendición. Si sacamos lo malo, lo bueno entrará. Además también dice que tenemos que confesarnos las ofensas los unos a los otros. Seguramente te paso que le contaste algo a alguien y te sentiste mejor. Hay poder en la confesión. Cuando expresamos lo que sentimos a Dios en palabras atraemos la gloria de Dios a nuestras vidas. Confesémosle todo el contenido de nuestro corazón a Dios y él conspirará a nuestro favor. Deleitémonos en la presencia de Dios y él concederá todas las peticiones de tu corazón. Confiesa tus pecados y Dios te hará levantar vuelo como las águilas. El que encubre sus pecados fracasará, pero que los confiesa prosperará.
Julio césar cháves
www.juliochaves.blogspot.com
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