sábado, 24 de julio de 2010

No subestimes a nadie ni critiques lo difirente

Subestimar es estimar por debajo de su valor a alguien. Muchos ven la piel, la apariencia de alguien y piensan erráticamente que lo están viendo todo. Pero lo cierto que es debajo de la piel se esconde la esencia de la gente. De todas formas, muchas personas minimizan las virtudes de sus semejantes y solamente ven los defectos.

Si alguien dice algo u opina sobre algún tema delante de una persona que subestima, en seguida es menospreciado, considerado como incapaz. El individuo que subestima, sobre todo si es una persona adulta, posiblemente ya realizada, que ha conseguido lo que otros buscan conseguir, desestima a los demás porque piensa que sus semejantes no tienen las capacidades o talentos suficientes para poder crecer y desarrollarse como seres humanos.Conozco padres que subestiman a sus hijos, y aunque sus hijos son ya adultos, piensan que deben decidir por sus hijos. Cuando en realidad nadie, y menos los hijos, deben ser subestimados. Creo que todas las personas tenemos derecho a tomar nuestras propias decisiones y podemos elegir el camino que queremos en este inmenso jardín de senderos que se bifurcan.Quizá lo que a los padres les sirvió en su tiempo, a los hijos no les sirve en la actualidad. Leí una vez la historia de un hombre que tenía una importante empresa y cuando se enteró que tenía un cáncer terminal, decidió donar todo el dinero que tenía porque creyó erróneamente que el único hijo que tenía no era capaz de seguir con la empresa familiar.También he escuchado historias de jóvenes que por ser subestimados por sus padres se volcaron a la droga, al alcohol y todo tipo de compensaciones. Lo mismo pasa en el área laboral. Muchos jefes subestiman a sus empleados y en consecuencia nadie puede crecer en lo profesional.En efecto, subestimar a alguien es menospreciarlo. Decidir por otro es manipular, meter las manos en las cosas del otro. Subestimar es mirar con lupa las falencias ajenas. El que subestima siempre fomenta alusiones malintencionadas, y con gestos, risitas, sarcasmos, comentarios, rumores, procura dañar la reputación del otro. Los que subestiman tendrían que leer una frase de José Narosky que dice: “No critiques lo diferente, puede significar superior”.

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