sábado, 19 de mayo de 2007

Es fácil ser feliz.




San Francisco de Asís dijo: “¿Qué podría faltarle a quien le basta la vida?” Todos queremos ser felices. Algunos afirman que la felicidad absoluta no existe. Yo creo que sí. Porque para mí la felicidad es toda la vida humana, incluso con sufrimiento. Sufrir también es ser feliz. Priorizar al ser, por sobre el tener, es lo que nos hace sencilla, pero profundamente felices. Lo único que necesitamos para alcanzarla es valorar la vida, lo que somos, lo que otros son. Somos útiles. No necesitamos nada externo para alcanzar la dicha. Simplemente necesitamos amor por Dios, por nosotros mismos, y por nuestros semejantes. Necesitamos elegir el amor por sobre el egoísmo. El egoísmo es lo que muchas veces nos separa de la felicidad. El egoísta no conoce el amor. Por eso está perdido en su propia egolatría. El egoísta vive satisfaciendo sus necesidades artificiales. Anhela tener. Quiere poseer cosas y personas, pues eso es lo único que lo ayuda a estar cerca de sus semejantes. Sin amor nadie puede ser verdaderamente feliz. Bien lo dijo Alain: “En cuanto a la felicidad de los otros, lo mejor que podemos hacer por los que nos aman es ser felices también”.La vida es hermosa. Si, hay innumerables cosas de las cuales podemos disfrutar. Podemos disfrutar de la existencia humana, de una tierna mirada, del canto de los pájaros, de los niños, de los ancianos, de las flores, de la vida simple, pero profunda. Para disfrutar de la vida es indispensable vivir al día. Hay que asombrarse cada mañana. Hay que elegir lo bueno, lo bello, y la verdad. Hay que mirar lo esencial y dejar de lado lo frívolo, lo accesorio, lo menos importante. Para ser felices debemos vivir sin mascaras, auténticamente. Si somos felices estamos ayudando a que los demás también lo sean. Es necesario que valoremos cada instante de la vida. Efectivamente, la felicidad consiste en valorar las cosas sencillas de la existencia humana. Debemos comer una manzana saboreándola lentamente. Debemos mirarnos sin apuro, escuchar música disfrutándola, leer libros que nos ayuden a ser humanos más sensibles. Si, las pequeñas cosas deben proveernos de emociones vivificantes. Hay mucho por vivir, por conocer, por compartir, por convivir. La felicidad absoluta existe únicamente cuando nos damos cuenta que las pequeñas felicidades son los ladrillos que permiten que el amor nos ayude a ser mejores personas. ¡Es tan fácil ser felices! Tan fácil como respirar aire puro. Tan fácil como decir “Te amo con defectos incluidos”. Mirar lo positivo es ser felices. J. A. de Gobineau pensó: “Ser feliz es una virtud, y una de las más poderosas”.Hay tanto que disfrutar. La vida es simple. Algunos la complican. Buscan lo que ya tienen. Pero tan bien estamos nosotros que la disfrutamos de modo simple. Es verdad que a veces las circunstancias conspiran en contra nuestro, pero también es verdad que nos vamos apoyar en nuestros fracasos para salir adelante. Elegimos mirar lo bueno, lo bello, la verdad. Debemos vivir lo mejor que podamos. Porque a cada instante le basta su magia, su esperanza, su alegría. Mahatma Gandhi dijo: “La resignación es buena si nos ayuda a aceptar la vida inevitable con alegría; y es mala si supone falta de combatividad y de voluntad de luchar contra los acontecimientos adversos”. En efecto, para ser felices necesitamos voluntad, amor. Vivir es todo un trabajo…Julio C. Cháves

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