miércoles, 14 de marzo de 2007

La vida es corta.

William Skakespeare escribió “¡La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre una escena y después no se oye más…; un cuento narrado por un idiota con gran estruendo, y que nada significa!”. (Macbeth, acto V, escena V). El tiempo cabalga sobre la faz de la tierra y va surtiendo su afecto devastador sin piedad. Es verdad, el tiempo pasa volando. El paso del tiempo conduce a los seres humanos a la eternidad. Nosotros pasamos junto con el tiempo. Nuestro cuerpo muere paulatinamente. La claridad de nuestros ojos comienza a declinar y poco a poco, nos encaminamos a nuestro íntimo encuentro con la muerte, la parca nos espera con los brazos y los ojos abiertos. Roberto Art, en una de sus “Agua fuertes Porteñas”, comentó lo que sigue respecto al tiempo: “El tiempo, esa abstracción matemática que revuelve la sesera a todos los otarios con patentes de sabios existe. Existe para escarnio de tu trompita que dentro de unos años tendrá más arrugas que guante de vieja o traje de cesante. ¡Atenti, que los siglos corren!”.
La vida es corta. Es un recreo entre dos eternidades. Nuestra piel se desgasta y se arruga. Las etapas de la vida se suceden tan rápido que son como los minutos ya transcurridos. Irrecuperables. Y es debido a este transcurrir, que debemos pensar que haremos con nuestra vida, nuestro tiempo. Yo creo que lo mejor que podemos hacer es tener como prioridad a nuestro creador, antes que vengan los días malos y digamos que no tenemos en ellos contentamiento. (Eclesiastés 12:1). Redimir el tiempo es crucial. Utilizarlo en fines constructivos también es crucial. Utilizarlos con fines eternos es muy importante. El tiempo es un regalo de Dios. Por eso debemos utilizarlo con respeto. Si no sabemos utilizar el tiempo de modo adecuado, pidámosle a Dios sabiduría para que podamos utilizarlo bien, y si no sabemos como hacerlo, oremos como lo hizo el niño de la siguiente historia que Corrie Ten Boom cuenta en “Clipping From my notebook”: “Una mamá, que conocí, me dijo que ella vio a su pequeño hijo sentado en la esquina del cuarto, diciendo: “A-B-C-D-E-F…”. ¿Qué estás haciendo?, preguntó ella. Mamá, tu dijiste que debía orar, pero nunca he orado en mi vida y no sé como hacerlo. Así que yo le dije a Dios todo el Abecedario… y le pedí que lo transformara en una buena oración para él”.
¡Que Dios nos ayude a redimir el tiempo! ¡Oremos el Abecedario…! Valoremos el tiempo, nuestra familia, nuestros amigos. Cuidemos la vida, lo que somos. No nos creamos dueños del tiempo porque no lo somos. Vivamos una vida equilibrada. El equilibrio en la vida es muy importante, hasta en las ruedas de un automóvil: si están descentradas, el vehículo se moverá de un modo ridículo, si es que se mueve. Y ese es el problema. De igual modo que el equilibrio es importante en las ruedas de un automóvil, también lo es en la vida.
Ahora bien, cabe preguntarnos: ¿Cómo se logra el equilibrio en la vida? Se logra teniendo una escala correcta de prioridades. Esa escala de prioridades debe estar organizada de la siguiente manera: En primer lugar: debe estar nuestra relación con Dios. En segundo lugar: debe estar nuestra relación con nuestra familia. Y en tercer lugar: debes estar la Iglesia; es decir congregarnos. Siempre debemos recurrir a Dios, pues él nos guarda en cada época de la vida. El tiene el universo y el tiempo bajo control. Dios puede y quiere satisfacer todas nuestras necesidades más esenciales. Cuidemos el tiempo. La vida y lo que somos. Jerry Bridges en su libro “Confiar en Dios”, nos dice: “El amor constante de Dios por nosotros es un hecho objetivo, afirmado vez tras vez en las escrituras. Es verdad ya sea que lo creamos o no, nuestras dudas no destruyen el amor de Dios, ni puede nuestra fe crearlo. Se origina en la misma naturaleza de Dios, quien es amor, y fluye hasta nosotros por medio de nuestra unión con su amado Hijo”. Dios es nuestro guardador y nuestro escondedero cuando estamos tristes, angustiados y atemorizados y él nos da seguridad cuando dudamos en la vida. El nos ayudará a que utilizamos el tiempo y la vida de modo correcto. El nos dará sabiduría para que utilicemos el tiempo y nuestro espacio de modo constructivo, útil y creativo. La vida es corta y cuando menos nos demos cuenta tenemos que enfrentarnos con la muerte.

Julio C. Cháves.

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