miércoles, 14 de marzo de 2007

La bestia del auto desprecio.

Todos queremos triunfar. Queremos tener éxito. Queremos sentirnos importantes. Queremos ser los líderes. Queremos estar al frente de nuestros congéneres. Queremos tener el control porque, de este modo, logramos aceptarnos a nosotros mismos. Pero es obvio que todos no podemos ser líderes. Todos somos importantes de diferente manera. Hay ciertos individuos que cuando no adquieren lo que querían, se auto desprecian. No se aceptan porque no han logrado el éxito que buscaban. Se autocritican de manera cruda y severa. Miran en si mismos lo negativo. Siempre fijan sus ojos en los defectos y dejan de lado las virtudes. Quizás algunos se desprecian porque la capacidad intelectiva no es la que anhelaban. Quizás se desprecian porque sus proporciones anatómicas no son como la actriz de la modelo de moda. Quizás desprecian su carácter porque no les agrada como tratan a los demás. En efecto, la bestia del auto desprecio controla sus vidas.
En ser humano siempre desea triunfar. Pero, lamentablemente, busca triunfar de modo equivocado. Y cuando no consigue lo que busca, en la misma instancia, se deja controlar por la bestia del auto-desprecio. Entonces, se odia por lo que no puede conseguir. Le pasa esto porque ignora conscientemente que la vida es una constante batalla contra las polimorfas manifestaciones del mal y del sufrimiento mortal. En la vida hay que luchar. Contra el auto-desprecio. Contra el egoísmo. Contra la vanidad que nos acosa. Hay que lidiar contra la falta de amor propio. Contra la pasividad. Contra la desdicha. Y contra los espejismos. Henry James pensó: “La vida no es más que la batalla. El mal es atrevido y poderoso; la belleza, cautivadora pero escasa; la bondad tiende a ser débil; la locura suele mostrarse provocadora; la perversidad acaba venciendo; los imbéciles se encaraman a puntos importantes; la gente con sentido común anda escasa, y la humanidad, por regla general, es desgraciada. El mundo tal como lo conocemos no es ninguna ilusión, no es un fantasma, ni el sueño de una noche. Nos despertamos para volver a vivir un día tras otro; no podemos olvidarlo, ni negarlo, ni prescindir de él”.
Si de veraz queremos triunfar es imprescindible que busquemos el éxito en el adentro, en el corazón, en el alma, a las emociones puras. Somos humanos y somos importantes. Debemos asumir nuestras historias personales. Somos frágiles como somos. Somos importantes, independientemente de la capacidad intelectiva que poseamos. Somos importantes, independientemente, de nuestras proporciones anatómicas. El mal es atrevido y poderoso como dijo Henry James, pero el bien es más poderoso que el mal. Aceptemos con paz y certeza lo que somos delante de Dios. Miremos lo positivo en nosotros ,en los demás, en el mundo. Miremos lo que podemos llegar a ser. El tiempo pasa y surte su efecto sobre las cosas, sobre las personas. Hay cosas en nuestras vidas que son irreversibles. Todo eso quedó atrás. Es parte del pasado. Quizás nos hemos equivocado muchas veces, pero eso no significa que hayamos perdido nuestro valor. Somos valiosos. Nuestro valor es intrínseco. Dios nos creó y nadie puede cambiar esa realidad. Somos importantes por nuestra esencia interior. Llegó la hora de que nos reconciliamos con nosotros mismos. Aunque tengamos recuerdos dolientes, heridas, marcas negativas en el alma, somos importantes. Despojémonos de la bestia del auto-desprecio. Valoremos lo que fuimos, lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Amémonos a nosotros y después amemos a los demás. Porque quien no se ama a sí mismo no puede manifestar amor verdadero. Tengámonos paciencia. No envidiemos a los demás. Seamos educados y constructivos. Alegrémonos. Creamos en nosotros, en nuestro potencial. Miremos el sufrimiento como a un peldaño necesario e imprescindible. Amemos lo que somos en el presente. El pasado es pasado. El pasado no podemos cambiarlo. No podemos borrar del todo el sufrimiento e nuestras almas. Pero podemos seguir adelante. Podemos seguir luchando. No podemos cambiar las erróneas decisiones que abordamos. Pero sí podemos tomar decisiones correctas ahora. No podemos ir hacia atrás, pero podemos tomar decisiones correctas ahora. No podemos ir hacia atrás, pero podemos ir hacia delante. Jamás podremos remover los árboles de la vida ya plantados, pero sí podemos plantar otros árboles. Ahora es lo importante. Hay cosas que no podemos cambiarlas. Sin embargo, hay cosas que sí podemos hacer. Podemos aceptar nuestras historias personales. Podemos elegir ser mejores que ayer. Podemos disfrutar de la vida, de nuestros seres queridos, de las personas maravillosas que nos conocen. La vida es bella, es hermosa como una puesta de sol. Pensemos en positivo. Alberto Machado dijo: “Si un barredor se propusiera obtener un titulo universitario que lo acreditara como médico y estuviera dispuesto, con ahínco y constancia, a todos los sacrificios que ello requiere, téngase la seguridad de que pasarán 10, 20, 30 años, pero algún día ese hombre será medico. Pero no lo quiere. Se trata fundamentalmente de un problema de voluntad”. ¡Todo es voluntad de amarse!

Julio C. Cháves.

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